Crónicas de mi Cabello · Relato 2 · Un aprendizaje consciente
Haz sentido que llegas a una etapa en la que tu cabello se ve y se siente genial, donde todo el esfuerzo y cuidado que le has dado finalmente da frutos. Después de batallar con el frizz, la caspa, el cabello graso o seco, con hongos, pérdida de cabello o simplemente con un cabello sin vida, llega un momento en que por fin se ve sano, brilloso y lleno de vida. Y durante meses disfrutas de ese cabello saludable, sintiéndote orgullosa de tu cuidado constante.
Pero, luego, empieza otro ciclo que no habías experimentado antes, y te preguntas: ¿por qué ahora? Si sigo cuidándolo igual, ¿por qué sucede esto? Esa sensación de frustración es normal; incluso puede llegar a cuestionarte tu capacidad para aconsejar a otros sobre el cuidado del cabello.
Mi experiencia personal
A mí me pasó. Como te he contado en mis notas anteriores, he pasado años cuidando mi cabello y, durante casi dos años lo he cuidado de forma completamente natural. Pero hace dos meses empecé a sufrir de un hongo y me cuestioné: “¿Si sigo usando mis productos naturales, por qué pasa esto?” Incluso pensé: “¿Cómo puedo dar consejos si me pasan estas cosas?”
Y la respuesta, que descubrí gracias a la observación consciente, es que los ciclos en nuestro cabello son normales, especialmente cuando hay cambios significativos en la vida. En mi caso, hubo un cambio profundo: me mudé temporalmente a otro país, y muchos factores influyeron: el clima diferente, la rutina alterada, el estrés emocional y los hábitos que no pude mantener al 100%.
El cuidado físico
Durante ese tiempo, mi cuidado fue solo lo básico: shampoo y acondicionador natural, y mi jabón natural para la piel. Dejé de hacer mi cronograma capilar completo, que incluye shampoo detox, mascarillas, tónicos y mi rutina con sobrefunda de seda.
Pero no me quedé pasiva. Con las herramientas que tenía, hice mis remedios caseros:
- Spray de vinagre de manzana con agua purificada (1:1): aplicando 2 veces por semana, dejándolo actuar 15 minutos antes del baño.
- Beneficio: balancea el pH del cuero cabelludo, ayuda a controlar hongos y aporta brillo al cabello.
- Aceites esenciales de doTERRA: árbol de té, menta y lavanda agregados a mi shampoo natural.
- Árbol de té: combate hongos y bacterias, fortalece el cuero cabelludo.
- Menta: refresca, estimula la circulación y da sensación de frescura.
- Lavanda: calma la irritación y aporta equilibrio emocional.
- Sobrefunda de seda: protege el cabello durante la noche, evitando frizz y quiebres.
El cuidado emocional y espiritual
Mudarse de país, aunque sea temporal, afecta no solo físicamente sino emocional y mentalmente. Mi cuerpo registra los cambios que mi mente no procesa, y eso se refleja en mi cabello. Aprender a observar y escuchar estas señales fue clave.
Además, retomé mi ritual de agradecimiento:
- Agradezco a mi cuerpo por mostrarme lo que no estaba viendo.
- Reflexiono sobre cómo me siento frente a los cambios.
- Recuerdo que los hábitos que me hacen bien no se abandonan, sino que se adaptan a nuevas circunstancias.
Mi estilo de vida natural no es perfecto ni 100%, y no todo lo que consumo es completamente natural, pero lo hago a mi manera y a mi ritmo. Cada decisión consciente refuerza mi bienestar físico, emocional y espiritual.
Hoy agradezco poder escribir y compartir este espacio de mi historia.
Mi cabello no es solo un reflejo de mi cuidado físico, sino de mi historia, mis emociones y mi capacidad de adaptarme y aprender de cada ciclo.
Cuando tu cabello te muestra señales, obsérvalas. Escúchalas. Aprende a transformar cada dificultad en un momento de crecimiento y conexión contigo misma.